Redadas, militarización y derechos pisoteados – Estados Unidos bajo Trump


A partir del 6 de junio de 2025, el gobierno de Trump orquestó redadas migratorias en ciudades como Los Ángeles, San Francisco y Paramount, con operativos en Home Depot, tiendas de ropa y centros industriales. Se reportaron más de 100 detenciones solo en Los Ángeles y al menos 118 en zonas aledañas.
 Miles de migrantes —muchos sin antecedentes penales— fueron llevados bajo custodia en operativos con granadas aturdidoras, gas lacrimógeno y agentes federales en equipamiento militar .

Militarización sin precedentes y ataque a la prensa

Destaca el despliegue de 4 000 reservistas de la Guardia Nacional y 700 marines, activados bajo el Título 10 por el presidente, sin petición del gobernador de California —lo que no ocurría desde actos similares en 1965 . Enfrentamientos violentos llevaron al establecimiento de toque de queda en LA, avalado por la alcaldesa Karen Bass, aunque fue criticado como un “experimento autoritario” por el gobernador Gavin Newsom .

Periodistas internacionales fueron espectadores directos de agresiones: al menos 31 han resultado heridos por balines de goma, gas pimienta o fueron detenidos mientras cubrían las protestas . Video viral del impacto de una bala de goma en la pierna de una reportera australiana fue catalogado por su primer ministro como “horrible” .

Las manifestaciones espontáneas, con quema de autos policiales, reflejan una comunidad que se niega a ser criminalizada. Los migrantes, en lugar de huir, respondieron con sus pocas herramientas, exigiendo dignidad y respeto. Las imágenes de símbolos patrimoniales latinoamericanos y asiáticos en las calles evidencian, ante la narrativa oficial, que “nadie es delincuente por portar su bandera” 


Esta áspera confrontación muestra la escalada de un Gobierno hacia formas autoritarias y un uso de la violencia que erosiona derechos constitucionales. La criminalización de la migración entra en contraposición con la historia fundacional de Estados Unidos. El país se encuentra en una encrucijada: optar por una estrategia expansiva de derechos, liderada por conglomerados de pueblos —incluyendo Latinoamérica— o sucumbir al discurso xenófobo que fractura la democracia.

La prensa independiente tiene un papel vital en denunciar estas violaciones, en elevar las voces de quienes son perseguidos y en subrayar que militarizar una crisis humana no la soluciona: la agrava.


Comentarios