- Demoras en la adquisición de predios: De los 137 terrenos requeridos, aún faltan por entregar cuatro, aunque se ha avanzado en la entrega de otros cinco recientemente. Este proceso crítico ha ralentizado la intervención en varias áreas clave.
- Errores en las estimaciones de materiales: Un rebalanceo en las cantidades de acero se ha convertido en un dolor de cabeza. Al descubrirse que se necesitan más materiales de los previstos, es necesario renegociar términos y ajustar el cronograma.
- Problemas con la interventoría: El contrato fue suspendido en diciembre debido a la inhabilidad de una de las firmas interventoras. Este contratiempo ha implicado cesiones contractuales y parálisis temporal del proyecto.
- Intervenciones con terceros: Trámites y acuerdos pendientes con diversas entidades han frenado los trabajos en ciertos sectores.
El Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), a través del contrato IDU-1013-2022, se comprometió a entregar esta infraestructura que aliviaría la congestión vehicular y mejoraría la calidad de vida de los habitantes. Sin embargo, al cierre de 2024, solo se ha ejecutado el 35.5% de la obra, cuando se proyectaba un 50.36%. Esta diferencia refleja un preocupante retraso del 14.86%. ¿Qué está deteniendo el progreso?
Causas principales del retraso:
El valor total del proyecto asciende a la asombrosa cifra de $181.740 millones, financiados en gran parte por regalías ($151.963 millones) y el IDU ($29.777 millones). Esta suma representa más que un número: es una inversión de recursos públicos que debería traducirse en progreso palpable para la ciudad.
El Consorcio CC Intersección Av. Bosa, compuesto por Constructora Conconcreto S.A. (75%) y Conconcreto Proyectos S.A.S. (25%), es responsable de hacer realidad esta promesa de infraestructura. Pero las suspensiones recientes ponen en entredicho su capacidad para cumplir en los tiempos estipulados.
Con la fecha original de terminación fijada para enero de 2026, los retrasos ya han empujado la nueva meta hasta febrero de 2026. Esto deja un margen de duda sobre posibles extensiones adicionales si los problemas actuales no se resuelven prontamente.
Las grandes obras no son solo cemento y acero; son promesas de cambio para comunidades que merecen vivir mejor. Desde la Autopista Sur hasta la Avenida Bosa, la esperanza de un viaje más rápido y seguro sigue siendo un puente que aún no se ha construido. La pregunta que queda en el aire es: ¿cuánto tiempo más deberán esperar los bogotanos antes de cruzarlo?
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