Huecos en Bogotá: avances, desafíos y una estrategia que aún tiene camino por recorrer

 Por: Elkin Calvo

 La intervención de los huecos en las principales vías de la capital sigue siendo una de las apuestas más visibles de la actual Administración Distrital. Bajo el lema "Infraestructura con Propósito", el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) ha implementado una estrategia que involucra la colaboración activa de comunidades moteras para identificar y priorizar las reparaciones en la malla vial. Aunque se destacan avances importantes, los retos para consolidar esta estrategia son evidentes.

Foto: Foto trabajo conjunto del IDU con moteros

Los logros hasta ahora: acción conjunta y resultados cuantificables

El IDU ha trabajado junto a moteros de la ciudad, quienes, gracias a su conocimiento de las vías, han ayudado a identificar puntos críticos. Este enfoque participativo ha permitido intervenir tramos de alta circulación como la avenida Boyacá, donde se repararon huecos en la calzada norte-sur desde la avenida Las Américas hasta la transversal 17.

Además, según cifras oficiales, en lo corrido de 2024 se han intervenido más de 1,6 millones de metros cuadrados de malla vial, espacio público y ciclorrutas. Estas acciones se han fortalecido con la creación del Equipo Tapahuecos, un grupo especializado que ha logrado conservar más de 80.000 m² de vías en las 20 localidades de la ciudad.

“El trabajo conjunto entre moteros e IDU es un ejemplo de cómo la ciudadanía puede aportar a mejorar su entorno. Este tipo de alianzas son clave para avanzar en soluciones concretas”, afirmó Orlando Molano, director del IDU.

¿Es suficiente? Los retos detrás de los números

Aunque las cifras y los resultados tangibles son alentadores, algunos aspectos de la estrategia plantean dudas sobre su sostenibilidad y equidad.

  1. Falta de criterios claros de priorización:
    Si bien los moteros juegan un papel fundamental en la identificación de problemas, no queda claro cuáles son los parámetros técnicos o sociales que determinan qué huecos se reparan primero. Esto podría generar percepciones de inequidad en la distribución de los recursos.

  2. Enfoque limitado en vías principales:
    La mayor parte de las intervenciones se concentran en arterias como la avenida Boyacá, dejando en segundo plano las vías secundarias y terciarias que conectan barrios y zonas residenciales. Estas, aunque menos visibles, son fundamentales para la movilidad de miles de ciudadanos.

  3. Sostenibilidad a largo plazo:
    El enfoque reactivo de la estrategia plantea interrogantes sobre su impacto a futuro. Reparar huecos es esencial, pero mejorar la calidad de los materiales y la planeación de la infraestructura para evitar su constante reaparición parece una tarea pendiente.

  4. Ausencia de inclusión de otros actores viales:
    Aunque los moteros han sido fundamentales en este proceso, la participación de ciclistas, peatones y otros usuarios de las vías no ha sido tan visible. Esto podría limitar el alcance integral de las intervenciones.

Transparencia y rendición de cuentas, un desafío persistente

Otro aspecto crítico es la presentación de resultados. Aunque el IDU reporta cifras globales de intervención, no ofrece datos desglosados que permitan a la ciudadanía evaluar efectivamente el desempeño del programa. Costos, tiempos de respuesta por hueco y la proporción de reparaciones completadas frente a las solicitudes recibidas son métricas que ayudarían a fortalecer la confianza ciudadana en las instituciones.

Un esfuerzo necesario, pero aún incompleto

El compromiso del Distrito para mejorar la seguridad vial y atacar uno de los problemas más notorios de Bogotá es innegable. Sin embargo, la estrategia actual necesita ajustes clave para garantizar su sostenibilidad y maximizar su impacto. Más allá de reparar huecos, la ciudad necesita un enfoque preventivo que reduzca la necesidad de intervenciones constantes, al tiempo que amplía la participación de todos los actores viales y asegura la equidad en las decisiones.

En una ciudad donde el estado de las vías afecta directamente la movilidad, la seguridad y la calidad de vida, este tipo de esfuerzos deben evolucionar hacia una planeación más integral, transparente y a largo plazo. Por ahora, la iniciativa de "Infraestructura con Propósito" avanza, pero los huecos en la estrategia aún están por repararse.

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