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Por: Elkin Calvo
Bogotá se encuentra en una encrucijada en su gestión de residuos sólidos. Mientras la administración distrital asegura avanzar hacia un modelo de sostenibilidad con proyectos piloto y estrategias de aprovechamiento, las comunidades del sur, como Mochuelo, continúan enfrentando las consecuencias de un sistema basado en el enterramiento de toneladas de basura. Esta dicotomía entre el discurso oficial y la realidad cotidiana evidencia los desafíos de una ciudad que busca ser más sostenible pero parece tropezar en el intento.
Lo que dice la administración: Pilotos, reciclaje y economía circular
La Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP) afirma estar implementando un piloto de "Rutas selectivas de materiales aprovechables". Según la entidad, este programa busca fortalecer la cultura ciudadana y la participación de los recicladores de oficio, quienes son actores clave en el reciclaje de residuos. Además, la administración planea expandir este modelo a más zonas de la ciudad en 2025, como parte de un esquema que apunta a la circularidad y a disminuir la dependencia del relleno sanitario Doña Juana.
Adicionalmente, se proyecta transformar Doña Juana en un "Parque de Innovación y Valorización de Residuos", con tecnologías avanzadas para generar biogás, energía eléctrica y valorización de residuos orgánicos. Sin embargo, la administración también contempla un nuevo polígono de disposición final identificado en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT). ¿Dónde se ubicaría este lugar? ¿Será nuevamente en el sur de la ciudad, donde ya las comunidades viven en condiciones críticas por el impacto ambiental?
El gran negocio de la recolección
La recolección de basura en Bogotá está organizada bajo un esquema concesionado que divide la ciudad en cinco Áreas de Servicio Exclusivo (ASE). Cada una de estas áreas está a cargo de empresas privadas que manejan contratos millonarios, otorgados en 2018 y con vigencia hasta 2026.
- Promoambiental Distrito S.A.S. E.S.P.: Atiende Usaquén, Chapinero, Santa Fe, San Cristóbal, Usme, La Candelaria y Sumapaz.
- Limpieza Metropolitana S.A. E.S.P.: Encargada de Tunjuelito, Bosa, Teusaquillo, Los Mártires, Antonio Nariño, Puente Aranda, Rafael Uribe Uribe y Ciudad Bolívar.
- Ciudad Limpia Bogotá S.A. E.S.P.: Responsable de Kennedy y Fontibón.
- Bogotá Limpia S.A.S. E.S.P.: Atiende Engativá y Barrios Unidos.
- Área Limpia Distrito Capital S.A.S. E.S.P.: Cubre Suba.
Estas concesiones garantizan ingresos multimillonarios para las empresas, principalmente por el enterramiento de residuos. Esta lógica empresarial, orientada al volumen y no a la sostenibilidad, plantea un obstáculo para avanzar hacia el modelo de economía circular que exige la ciudad.
El intento del entonces alcalde Gustavo Petro de darle mayor protagonismo a los recicladores de oficio y reducir el control de las empresas privadas le costó un enfrentamiento político que casi culmina en su destitución. Esto evidencia que la gestión de residuos en Bogotá no solo es un tema ambiental, sino también un campo de disputas políticas y económicas.
Fuente: UAESP,
2024
La participación de los recicladores: ¿Un discurso o una realidad?
Aunque se destacan los esfuerzos por incluir a los recicladores en el manejo de residuos, no está claro cómo se garantizará su participación efectiva en el nuevo modelo. Actualmente, más de 26,000 recicladores registrados operan bajo condiciones desiguales, sin un marco sólido que regule sus rutas y derechos. Esto, sumado al poder de las empresas concesionarias, genera un entorno de competencia desigual que amenaza con perpetuar el statu quo.
Mientras tanto, los habitantes de Mochuelo viven rodeados de toneladas de basura en el relleno sanitario Doña Juana. La contaminación del aire, suelo y agua, junto con los impactos en su salud y calidad de vida, son ignorados por gran parte de la ciudad. Con la proyección de un nuevo polígono para disposición final, la pregunta que surge es: ¿a quién se le trasladarán los problemas ambientales esta vez?
Una propuesta para transformar el sistema
Para que Bogotá avance hacia un modelo de Basura Cero, es necesario implementar medidas concretas y disruptivas. Una propuesta viable sería dividir los días de recolección:
- Lunes, miércoles y viernes: Recolección exclusiva de material no aprovechable.
- Martes, jueves y sábado: Recolección de materiales reciclables.
Esto debe complementarse con:
- Campañas educativas agresivas: La ciudadanía necesita entender la importancia de separar sus residuos y las consecuencias de no hacerlo.
- Sanciones estrictas: Multas para quienes no separen correctamente, y exigencia de que camiones y recicladores respeten los días asignados.
- Empoderamiento de los recicladores: Proveer rutas claras, infraestructura y pagos justos para fortalecer su labor y garantizar su inclusión.
Aunque la vida útil del relleno se ha extendido hasta 2028, la ciudad enfrenta un plazo crítico para implementar soluciones. Y aunque se habla de identificar un nuevo lugar para enterrar la basura, esto plantea serios cuestionamientos éticos y sociales. ¿Será otro sector vulnerable el que pague los costos ambientales de un modelo insostenible?
Si bien la administración habla de pilotos y proyectos, la realidad exige mayor contundencia. Es momento de pasar de las palabras a las acciones, de incluir a los recicladores, de educar a los ciudadanos y de transformar un sistema que sigue siendo insostenible. Los bogotanos debemos recordar que la basura que generamos no desaparece: se convierte en un problema que, tarde o temprano, nos alcanzará a todos. ¿Dónde estará el próximo relleno? ¿Quiénes sufrirán las consecuencias? La respuesta está en nuestras manos
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