Gaticidio en Bucaramanga


Tomado de: www.noticiasunolaredindependiente.com

Una colonia de gatos que vivía enseguida de una iglesia de Bucaramanga fue víctima de una masacre. Los animalistas de la ciudad culpan al cura, que alguna vez habló mal de las mascotas, pero ahora buscan quién adopte a los sobrevivientes porque el lugar en el que han crecido será sede de un hogar geriátrico. Qué tal esto. 
Un ambientalista dice que a un costado del templo San Martín de Porres en el barrio Kennedy de Bucaramanga, 70 gatos comieron, durmieron y se multiplicaron por tres hasta cuando el párroco Alfonso Dueñas, en misa, profetizó su destino… 
“Se dedicó desde los micrófonos y desde el púlpito a auspiciar la persecución de los gatos, más de 200 había cuando él llegó a la parroquia, para que la gente reaccionara”, contó Orlando Beltrán, Asociación Defensora de Animales en Bucaramanga.
En la homilía dijo que los gatos no son buenos, “que los gatos eran malos porque propiciaban el desaseo…”
Y dice que las palabras del ministro calaron en los espíritus de algunos de sus asiduos piadosos que sin dar espera, quisieron satisfacer al cura a su manera.
“La gente empezó a perseguir los gatos de muchas maneras, empezó a envenenar, a echarles inclusive ácido como sucedió en el mes de octubre el año pasado…”, agregó Orlando.
Aseguró que de 200 gatos quedaron solo 35… Y que siguieron disminuyendo tanto los residentes de la colonia que llamó la atención de unos ambientalistas que inspeccionaron el lote vecino a la iglesia del padre Alfonso donde vivían los felinos e hicieron un macabro hallazgo. 
“Quemaron un cambuche donde se refugiaban muchos de ellos y murieron, no sabemos cuántos, lo que sí sabemos es que amanecieron los huesos calcinados, trozos de piel”
Los discípulos de Martín de Porres, el santo que compadeció y socorrió a los animales, se enteraron de la incinerada.
Algunos miembros del rebaño del padre Alfonso intentaron dar una explicación.
“Lo que pasa es que los gatos tenían un problema, que se metían a la iglesia…”,dijo José Luis.
“Yo tengo una hija que ella para tener una niña tuvo que con muchísima droga y tratamiento porque le dio “tramosis”… Odio los gatos a morir”, sostuvo otra feligrés. 
Sin embargo, los mismos asistentes a las prédicas del padre Alfonso insisten que el sacerdote no tuvo nada qué ver con el gaticidio… Otros piensan lo contrario.
El padre también se defiende: “Yo quisiera desmentir esas versiones, allí se quemó el cambuche sí por higiene. Pero que se haya quemado animales es falso”
El cura también manifestó su misericordia por la fauna bumanguesa: “En ningún momento se ha venido atentando contra estos animalitos. Lo que hemos venido haciendo es invitando a la comunidad para que adopten animales”.
Orlando el ambientalista dice que denunció las acciones del Padre Alfonso ante el Arzobispado de Bucaramanga, y el presbítero Alfonso dice que el malo es Orlando, que miente y que hará valer sus derechos ante la Ley.
En el lote aledaño a la capilla donde aparecieron estos restos, el Padre construirá un centro para adultos mayores. Hasta el momento no se sabe qué pasará con los gatos que sobrevivieron a los ataques y que siguen diagonal del presbiterio de la parroquia San Martín de Porres del barrio Kennedy en el norte de Bucaramanga.

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