En Bogotá se realizó la séptima versión de
la marcha Mundial por los Derechos de los Animales, en la ciudad se le sumo el
deseo de que las corridas de toros no regresen como espectáculo en la plaza
pública conocida como la Santamaría y el respeto por la integridad de todos los
seres vivos.
De acuerdo a lo anterior, desde este medio
pretendemos saludar la convicción por el respeto a la vida de los animales, así
como también el respeto por los derechos de todos los seres humanos, si bien
tampoco estoy de acuerdo con las corridas de toros, tampoco estaré de acuerdo
en pasar por encima de los derechos de un grupo de personas, bajo el argumento
de la prohibición.
La sociedad Bogotana y en general la
colombiana, tienen que avanzar hacia el respeto de la vida de cualquier ser
vivo. El respeto de la vida tiene que ir de la mano con no humanizar a los
animales y no animalizar a los seres humanos, simplemente somos semejantes que
merecemos respeto.
En Bogotá tiene que morir la cultura del
prohibicionismo, por el contrario si los toreros, novilleros y trabajadores de
la tauromaquia, quienes están al lado de la plaza Santamaría en una huelga de
hambre, desean continuar con su actividad los invito que lo hagan con dineros
privados ya que los recursos públicos de la ciudad no pueden ser destinados a
un espectáculo de la muerte como lo ha manifestado en muchas ocasiones el
alcalde Gustavo Petro y en sí por la tradición cultural de la ciudad, las
corridas acabaran por si sola.
La marcha por la defensa de los animales,
demuestra que Bogotá es una ciudad respetuosa de la vida, ya que personas asistieron
a la actividad acompañados de sus mascotas acto invitado por la Alcaldía Mayor.
Por el otro lado esta la industria de los
cárnicos, que mientras unos se manifiestan a favor de los animales y en contra
de las corridas de toros, llegan a su casa almorzar con un pedazo de carne de
un animal sacrificado para ese fin.
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