Por: Julio Pulido
El pasado 7 de junio, a una semana de los
comicios presidenciales, el Gobierno y las Farc anunciaron un acuerdo para
desarrollar el quinto punto de la agenda (cuarto en discusión) relacionado con
las víctimas del conflicto armado. Este martes
las partes volverán a encontrase para avanzar en el tema, punto decisivo
del proceso.
Sumado a los 10 principios rectores
acordados en junio por las Farc y el Gobierno - reconocimiento de las víctimas,
responsabilidad con los afectados por el conflicto, satisfacción de los
derechos de las víctimas, participación de las víctimas, esclarecimiento de la
verdad, reparación, garantías de protección y seguridad, garantías de no
repetición, reconciliación, y enfoque de derechos- las partes anunciaron el
arribo a cuba de una primera delegación de las víctimas, con una misión
principal : “presentar sus propuestas y expectativas sobre la construcción de
paz en los territorios y sobre la satisfacción de los derechos de las
víctimas”.
“Esta
delegación estará compuesta de tal forma que se asegure la representación
plural y equilibrada de las distintas víctimas, así como de los distintos
hechos victimizantes, sin pretender que una delegación pueda representar a los millones de víctimas que
nos ha dejado el conflicto armado”, afirmaron.
Sin embargo, y aunque el comunicado
conjunto de los negociadores del Gobierno y las Farc plantea la representación
plural de las víctimas en La Habana, la metodología para escoger quiénes las
representarán está siendo un proceso de negociación tan complejo y difícil que
pone el proceso de paz en uno de sus
momentos más delicados.
Víctimas,
tensiones profundas
Reuniones, foros, comunicados y columnas de
opinión en los últimos días dejan claro el complejo panorama de las víctimas en
Colombia. Y no es para menos, el Informe Basta Ya, que analiza las cifras de
más de 30 años de guerra interna, demuestra que la victimización en Colombia ha
sido bastante pareja. La mayoría de los homicidios, desapariciones y masacres
los cometieron paramilitares en complicidad con la fuerza pública, amparados en
políticas públicas como las Convivir. La mayoría de secuestros, minas
antipersona y destrucción de pueblos ha sido obra de las guerrillas. El
desplazamiento, el reclutamiento y la violencia sexual se reparten entre todos
los bandos.
Con ese panorama representar 6,4 millones
de víctimas registradas y oficialmente reconocidas en el país es un asunto de
grandes dificultades.
En un principio se tenía previsto que
fueran entre 10 y 20 líderes de la Mesa Nacional de Víctimas, -resultado del
proceso organizativo para víctimas que diseñó la Ley de Víctimas- las que
representarán la polifonía de voces de las víctimas en La Habana.
Sin embargo en las dos últimas semanas el
panorama se ha complicado.
Mientras la Organización de las Naciones
Unidas y la Universidad Nacional empezaron los foros con las víctimas que les
solicitó la Mesa de La Habana: 4 y 5 de julio en Villavicencio, 10 y 11 en
Barrancabermeja, 17 y 18 en Barranquilla, 4, 5 y 6 de agosto en Cali, este
último de carácter nacional. Varias reuniones paralelas han puesto de presente
que existen victimas que no se sienten adecuadamente representadas y
escuchadas.
El
03 de julio, representantes de seis organizaciones, que no están en la
Mesa Nacional de víctimas, convocadas por Diana Sofía Giraldo de la Fundación
Víctimas Visibles y María Fernanda Cabal de la Fundación Colombia Ganadera
(Fundagan), se reunieron en el Club el Nogal con el Alto Comisionado de Paz
Sergio Jaramillo, el jefe de la mesa de negociación Humberto de la Calle y
Paula Gaviria, de la Unidad de Víctimas, para pedir un trato especial y
exigir un espacio en el proceso de paz.
“Somos las víctimas directas del grupo con
el que se está negociando. Nosotros sentimos que deberíamos estar en esa
discusión y que, en todos los espacios de participación, el Gobierno nos ha
venido invisibilizando” manifestó Herbin
Hoyos quien dirige el programa “Las voces del secuestro”.
Trato
diferenciado, foros aparte y mesas exclusivas
El 07 de julio, después del foro de
Villavicencio, las organizaciones que se reunieron en El Nogal dirigieron una
carta a la ONU y la Universidad Nacional en la que expresan su “temor e
intimidación por la ausencia de garantías” y se quejan de que “los espacios
establecidos para las víctimas del grupo guerrillero han sido ocupados por
organizaciones cuyo victimario no son las Farc”.
Argumentan que los foros organizados por la
ONU y la Universidad Nacional a petición de la mesa de La Habana, han estado
dominados por organizaciones como Movice de Iván Cepeda, la Marcha Patriótica,
la Unión Patriótica o Colombianos y Colombianas por la Paz que lidera Piedad
Córdoba.
Proponen una serie de foros regionales sólo
con víctimas de las Farc, que se harían en las semanas que vienen en Pitalito,
Popayán, Arauca y posiblemente el Urabá o Chocó. Sin embargo tanto la ONU como
La Nacional han respondido que los participantes en los foros regionales han
sido escogidos con criterio plural y equilibrado según el espíritu emanado del
proceso de La Habana.
Para algunos analistas la petición de las
organizaciones participantes en la reunión del Nogal tiene un sentido más
político, dadas sus cercanías al Centro Democrático. La discusión en el tema de
víctimas no puede girar solo sobre las víctimas de las Farc, sino sobre las
víctimas del conflicto en general, en donde entran también las víctimas del
Estado.
Víctimas,
tema decisivo
Las victimas pasan al primer plano, y con
ellas las tensiones y sus polifonías. Es
una gran oportunidad para solidificar un escenario de postconflicto, las victimas tendrán “la última palabra sobre
justicia –vista en su totalidad, incluyendo tanto procesos de verdad y
reparación como medidas para asegurar la no repetición”. Son “quienes mejor
pueden liderar cualquier proceso de reconciliación”. Y, si el proceso “deja
insatisfecha a la mayoría de las víctimas no será ni ético ni sostenible”,
manifestó Fabrizio Hoschild, coordinador de Naciones Unidas en Colombia.
Inicia en La Habana una de las discusiones más
difíciles. Las voces son muchas, pero como en una sinfonía, no hay que
asustarse con la polifonía. Como lo escribe la periodista Marta Ruiz: “Las
víctimas hasta ahora le han dado al país lecciones de generosidad, de
ecuanimidad, de dignidad y de reconciliación. Ojalá los negociadores del
Gobierno y la guerrilla sepan escucharlas y aprender de ese largo recorrido que
ellas han tenido, en soledad, para superar el odio, el dolor, y la tentación de
la venganza”. Ojalá.
@ignotolegris
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