SEGUNDA FASE DEL PROYECTO ESCUELAS DEL CUERPO EN LA LOCALIDAD DE BOSA

En el marco del programa Bogotá Humana, se ha insistido en el fortalecimiento al  enfoque de  Equidad de Género para las mujeres, enfoque que cada vez se posiciona con más fuerza en la agenda política del Distrito Capital y dentro del  PDD  de la Administración de Gustavo Petro,  de la Bogotá Humana. Así mismo, dicho enfoque se ha incluido dentro del Plan de Desarrollo Local   2013 - 2016, denominado BOSA PARTICIPATIVA, INCLUYENTE, AMBIENTAL Y HUMANA, adoptado mediante Acuerdo Local N° 002 de 2012,“Bosa una localidad que defiende y garantiza los derechos Humanos de las Mujeres”,  

El Programa busca apoyar de forma progresiva y gradual las iniciativas que apuntan a dar solución a las problemáticas de violencia física, sexual, psicológica y patrimonial de las mujeres de la localidad, posicionando cada vez más  la igualdad de oportunidades para las mujeres y avanzar en la eliminación de las violencias e inequidades que impiden el ejercicio efectivo de sus derechos y capacidades. Promover la denuncia de casos de violencias contra las mujeres, y la reducción de prácticas sociales de discriminación y exclusión que las afectan tanto en el espacio público como en el privado.

Este proyecto   es el futo de la incidencia de  algunas mujeres de la localidad   de  Bosa, y por ende fue  priorizado  en el plan  de Desarrollo Local gracias a  los procesos de participación de un gran número de  mujeres diversas, en los distintos espacios de construcción de  propuestas como fueron los encuentros ciudadanos,  y por ende los cabildos  ciudadanos. 

El proyecto  tiene como Objetivo “Aunar esfuerzos técnicos, administrativos y financieros para vincular a niñas y mujeres en la Escuela del Cuerpo como acción afirmativa contra la violencia de género en la localidad de Bosa, en el marco de la ley 1257 de 2008 y sus decretos reglamentarios.”

¿Porque un proyecto de Escuelas del Cuerpo?

Para las mujeres, restablecer el cuerpo como lugar de construcción de identidad, es toda una acción reivindicatoria, puesto que muchas de las estrategias de dominación, violencia y discriminación que han recaído históricamente sobre ellas han dejado marcas irreversibles en sus cuerpos. Es así como las violaciones sexuales, las ablaciones, los golpes, los malos tratos y los estereotipos sexistas han moldeado sus corporalidades y dominado su espíritu al punto de engancharlas en círculos oscuros de violencia y sumisión.  No se lograrán cambios que procuren la disminución de dichas violencias si primero no se fortalece la construcción de identidad y proyecto de vida de las mujeres, y se tiene claro que las violencias de género son un problema de salud pública, ya que se  debe entender a la mujer como un ser integral, donde una disfuncionalidad social como la violencia se convierte en una variable influyente en el desempeño físico y emocional de las mujeres, y que menoscaba el goce efectivo del derecho a la salud plena y a una vida libre de violencias.

La perspectiva de género, reconoce que las mujeres  viven diferentes etapas y ciclos generacionales, hábitos sociales o regionales, condiciones de discapacidad o desplazamiento, entre otros. Este enfoque integral,  observa la diversidad de las mujeres y atiende sus necesidades de acuerdo a dicha diversidad.  En este sentido, las acciones que se requieren deben apuntar a prácticas de bienestar, a la creación de contextos donde las mujeres se sientan felices, con energía positiva para hacer frente a sus cotidianidades y con la sensación de estar libres de malestares y  dolores, reflejo del desequilibrio emocional y el maltrato de todo tipo. Las mujeres tienen derecho a gozar de un cuerpo libre de violencias y de prejuicios que les permita desarrollarse plenamente, y concluir con éxito sus proyectos de vida, emprender nuevos caminos y realizar sus metas, superando las brechas de desigualdad y discriminación que ha recaído históricamente sobre sus vidas y sobre sus cuerpos.


Este proceso se va a  desarrollar  en las 5 UPZ  de la localidad  y tiene como meta 410 personas entre niñas, mujeres jóvenes y mujeres adultas

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