Editorial

Por: Elkin Calvo
Tener el reto de crear  un medio de comunicación alternativo y pensar cómo financiarlo es realmente difícil, pero es más complicado encontrarse con personas del sector que no ven con buenos ojos la participación de jóvenes en lo público, sin embargo, es realmente satisfactorio después de ver lo anterior, encontramos con muchos vecinos, amigos, habitantes del barrio que nos motivan a continuar,  pues es en ese momento cuando la recompensa por nuestro trabajo se hace evidente.
Por tradición los jóvenes hemos estado relegados en espacios de participación casi nulos en este sector, sin contar con sitios de expresión en donde los hijos de estas tierras puedan participar y expresar sus ideas. Ser propositivos en la solución de las problemáticas del sector y sentir que somos parte de aquí y de las dinámicas locales, es nuestra meta. ¿Por qué no pensar en disminuir la inseguridad a través de la participación de los jóvenes en lo público? ¿Por qué no invertir en ocupación de tiempo libre de los jóvenes, oportunidades laborales, oportunidades para prepararse en algún arte u oficio?
En este segundo número queremos dedicar nuestra actividad como jóvenes a lo público, a las dificultades que se presentan a diario, a esas que nos toca como ciudadanos y que merecemos rescatar, pues ahora es el tiempo de crear espacios de participación comunitario para llegar a consensos generales, para que seamos nosotros quienes decidamos qué nos conviene y que no, para que seamos nosotros quienes tomemos el liderazgo en nuestro sector  ante las juntas de acción comunal, juntas de administración local, entes públicos o privados, entre otros.
Dejar de ver a los jóvenes como el problema o los causantes de estos, es el primer paso para ver una sociedad capaz y segura en este nuevo siglo. Integrarnos dentro de las decisiones públicas, buscando la resolución pacífica  de los conflictos, sin excluir a nadie por su color, raza, sexo, religión, en fin,  logaría mejorar las condiciones sociales en las que nos encontramos, por lo menos en lo que respecta a inclusión social y reducción de inseguridad, pues la ayuda de todos reduciría los índices de robo, por ejemplo. Es necesario dejar de pensar que la seguridad gira en torno a la fuerza pública; repensemos como integrar a los miembros de una sociedad, quizá esto son avances que dan una sociedad más humana con los habitantes de este territorio que se puede configurar como territorio de paz ejemplo a la ciudad.   
La invitación en esta ocasión está dirigida a los jóvenes del sector para que se manifiesten y no dejen de expresar el sentir de jóvenes creadores, hastiados de una sociedad desigual, llena de corrupción, donde los recursos públicos no son de nadie y más bien son de unos pocos. El problema de Colombia es que hay muy poquitos que se roban lo de todos y  donde el pez grande se come al chico y sólo nosotros podremos repensar nuestro destino.

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