Y a donde quedó el Orden y la Libertad de Colombia que promulgó Bolívar?

Por Jhon Parra
¿Qué diría Simón Bolívar si viera lo que pasa ahora en Colombia? ¿Será que este es el país por el que tanto luchó y por el que entregó su vida? Pensemos un poco en lo que pasaba hace unos 400 años atrás cuando el libertador conquistaba las tierras colombianas y proclamaba a estas mismas como libres e independientes. La lucha no fue fácil. Batallas, heridos y muertos fue lo que dejo la lucha entre Bolívar y sus contrincantes, los españoles. La promulgación el 20 de Julio de 1810 de ser una nación libre y soberana, hizo que los sueños del colonizador se hicieran realidad gracias a su constancia  y a la de sus aliados. La lucha de indígenas y la de afro-descendientes, también contribuyo a dicho triunfo, lo que hizo que las dinámicas de aquel entonces cambiaran relativamente su orden por otro más beneficioso para el pueblo, el cual exigía igualdad de condiciones, reconocimiento a sus derechos, mejor paga por sus labores, mayor participación en las decisiones del gobierno, además.
Aunque las condiciones variaron de cierta forma, el gobierno de Bolívar siguió concentrando el poder. Las exigencias del pueblo se vieron nuevamente en la escena pública y la satisfacción de estas debieron ser resueltas lo antes posible por el comité del gobierno. La producción económica del país aumentó y el desarrollo social vino acompañado de ello, lo que hizo que algunos ascendieran socialmente y otros se subordinaran cada vez más. La participación política si bien tuvo una transformación no fue del toda abierta a las masas, pues estas no eran consideradas del todo aptas para tomar decisiones de tipo nacional.
Y aunque los esfuerzos de Bolívar por tener una nación libre e independiente siguieron adelante, el panorama nacional se fue transformando con el paso de los años y las ideas político económicas de cada nuevo mandatario. La muerte de Bolívar no sólo enterró su cuerpo sino también los sueños de tener un país libre, igualitario, digno y soberano. El mandato de miles de hombres transformó el panorama nacional sustancialmente, pues las metas propuestas por el libertador quedaron en eso, en utopías. Los sueños de los colombianos aún se concentran en el movimiento de la igualdad, la libertad y la independencia; estos aún cabalgan en las ciudades queriendo encontrar un jinete que pueda domar la bestia.
El crecimiento económico en Colombia se dio hacia mediados del siglo XVIII gracias a la ardua labor de afrocolombianos, campesinos e indígenas, quienes posicionaron al país dentro de Latinoamérica como uno de los más prospero en la época. No obstante, la llegada de multinacionales al país hizo que el territorio sintiera un crecimiento monetario sustantivo, pues las intervenciones de estas empresas en la nación si bien generó más economía, originó de igual forma, muerte de hombres y mujeres, desplazamiento forzado, desapariciones forzadas, amenazas, dependencia económica con países como Norteamérica, además, dejando a un lado ese sentido de orden y libertad que se proclamó hace tantos años.
La llegada entonces de multinacionales a Colombia (Brisa, Coca Cola, Telmex, Telefónica, Carrefour) sólo por mencionar algunas, hizo que el panorama se renovara en su totalidad. Las condiciones sociales cambiaron radicalmente. Los crímenes de lesa humanidad por parte de algunas de las multinacionales para cumplir su objetivo no se hicieron esperar (Masacre de las bananeras). El cambio político también fue importante en el país, pues la clase burguesa siguió estando a la postre del poder, tomando las decisiones más importantes de la nación y figurando a nivel general por sus “intervenciones nacionales en vísperas de mejoramiento social”. El crecimiento económico fue inevitable y los ingresos hizo que el país se viera en medio de una deuda con Norteamérica y Europa, pues de allí provenían la mayoría de multinacionales que en aquel entonces se posicionaban en Colombia. ¿Será que Bolívar legitimaría que a cambio de dinero se acabe con la vida de miles de ciudadanos? ¿Era eso lo que el libertador quería, un país lleno de dependencias internacionales, donde los gobernadores se deben a lo que la elite internacional decide?¿ Podríamos hablar de independencia teniendo que consultar a los demás para tomar las decisiones correctas?
Estas y muchas más preguntas son las que surgen en la actualidad entre estudiantes, académicos, intelectuales y por supuesto gente del común con sentido de cambio, los cuales si bien se han movilizado por tener un país más incluyente e igualitario, poco han obtenido. ¿Será que de verdad somos independientes cuándo tenemos bases militares norteamericanas? ¿Nuestros medios de comunicación (Caracol, RCN, El Tiempo, El Espectador) son totalmente independientes? ¿Por qué traer petroleras brasileras como Petrobras si somos un país exportador de Petróleo?
Tal vez no seamos tan independientes como decimos ser. Quizás necesitemos de la ayuda de empresas extranjeras con el ánimo de tener un mejor desarrollo económico, tal vez si sea necesario tener en cuenta las iniciativas que se han hecho en otros países y han tenido éxito, para replicarlas acá, sin embargo, queda el mal sabor de dos cosas puntuales: entregar el país a manos extranjeras que lo único que hacen es llenar sus bolsillos gracias al trabajo de hombres y mujeres colombianos así como alienar y homogenizar a la población en vísperas de tener una población pasiva incapaz de razonar frente a lo que ocurre.
¿Qué diría entonces el libertador si viera la situación actual de la Colombia por la que él luchó? ¿Será que él estaría de acuerdo con que el gobierno instaure bases militares extranjeras como si no fuéramos capaces de enfrentar nuestros conflictos internos así como externos? La verdad creo que no estaría de acuerdo que la libertad y el orden que se promulgaron se vea ahora disfrazado en discursos de desarrollo, globalización, hibridación cultural, además.  Los procesos de modernización no serían vistos del todo bien por el general Bolívar teniendo en cuenta que las decisiones se han tomado desde los interés particulares, mas no desde los colectivos. Diría tal vez el libertador que esta  no es la Colombia por la que se enfrentó y entregó su vida. Aseguraría que el país se encuentra ahora en un estado de dependencia con otros países, que Colombia no tiene la intensión real de presentar un estado de orden capaz de vincular el interés social con su mismo beneficio. Aseveraría que la elite colombiana se ha encargado de llenar sus baúles de riqueza y ha dejado a otros sin cinco en sus bolsillos.
Ahora si hablemos de equidad social, de igualdad, de derechos humanos, de reivindicaciones sociales, de historia, de memoria, de independencia, de orden y por supuesto de libertad en el país del silencio impuesto, en el territorio del hambre y la sed, en la nación de la amnesia y el olvido obligado, en la Colombia de la represión mental, de impunidad. Por el país del Orden y la Libertad, cambio social.

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