Daniel García señala como "Morir en vida": el impacto de una denuncia anónima que terminó desvirtuada.

Un ex funcionario en la pasada Alcaldía de  Bogotá, bajo la administración de Claudia López,  relata cómo una denuncia anónima por presunto acoso, difundida masivamente por correo electrónico, marcó su vida política y personal. A pesar de ser exonerado tras cuatro años de investigación, el daño ya estaba hecho.

"Me enteré porque varias personas me hicieron copia del contenido de ese correo. Fue enviado masivamente a todos los concejales de Bogotá, todos los directivos del distrito y a congresistas", explicó el exfuncionario, quien prefirió mantenerse en el anonimato en esta nota. Desde el inicio calificó la misiva como una acción política "llena de falsedades" y "una estupidez".

Aunque su superior directo, Luis Ernesto Gómez, y personas influyentes en la administración distrital le sugirieron no renunciar, decidió apartarse del cargo: "Dije, si hay alguien que se siente vulnerado, que sea mi subalterna o mi subalterno, pues rompo la relación de poder, renuncio para que no haya presión... y pueda acudir a las autoridades de manera tranquila".

El caso no pasó a una investigación penal. Fue revisado por la Dirección de Control Interno de la Secretaría de Gobierno, la Personería de Bogotá y la Procuraduría General de la Nación, que finalmente concluyó que "el hecho no ocurrió".

"Entrevistaron decenas de mujeres, hicieron valoraciones de todo, y la conclusión fue esa. Lo que dije desde el comienzo, pero una cosa es que lo diga uno y otra es que lo diga una autoridad después de varios años", señaló.

Sin embargo, el impacto fue devastador: "No calculé la afectación personal y moral. Fue la ruptura de un proyecto político y de vida. Me afectó todas mis relaciones, familiares, sociales, políticas. Es como morir. No sé si morir se siente igual, pero es morir en vida".

Cuestiona el uso de denuncias anónimas: "Los anónimos son altamente complicados porque pueden ser utilizados para destruir a una persona... social, política, moralmente".

Aun así, evitó responder públicamente durante el proceso: "Tomé la decisión de guardar silencio... para darle garantías a las supuestas víctimas... porque cualquier cosa que yo dijera sonaría a justificación".

Asegura que no busca vengarse ni actuar como víctima: "Tomé hace mucho la decisión de no volverme un perseguidor de mujeres... ni construir un contraataque judicial. Cero rencores".

Sobre su futuro, su visión es tajante: "Renuncié a toda aspiración política y de acción pública... Me da pereza la política, me da pereza lo público".

Concluye con una reflexión sobre justicia y protocolos institucionales: "La justicia cojea, pero llega. Todas las entidades deben tener protocolos antiacoso y antiabuso... y aplicarlos fuertemente. Las denuncias deben presentarse ante las autoridades penales, donde haya todas las garantías, incluso para quienes son falsamente acusados".

Escuche acá toda la entrevista:

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